Cuando conoces a alguien siempre llega el momento en el que te invita a su casa por primera vez. El estado en el que se encuentra una casa revela una gran cantidad información con la que podemos llegar a conocer mejor a una persona.
Hay algunos factores muy importantes en los que debemos fijarnos. En el momento en el que estamos de nuestra nueva relación, todavía no conocemos del todo a esa persona, pero ya sabemos que puede llegar a ser alguien especial. Es el momento de sacar información.
¿En qué tienes que fijarte?
Huele a…
¿Te has fijado alguna vez en que cada casa tiene un olor distinto? El tipo de olor que percibes nada más entrar está muy relacionado con el tipo de persona. Por ejemplo, si detectas olor a linimento, es probable que la persona no sea de esos que se quedan en el sofá toda la tarde; si el olor es a ganchitos de los naranjas, seguro que tu cita necesita un tratamiento intensivo para sus pies; si huele a incienso, su aire hippy puede sorprenderte más de lo que esperabas; si huele a pan recién hecho, quédate que te está preparando el desayuno.
Pelusas rodantes
No sabemos muy bien porqué, pero siempre que entramos en la casa de alguien nuestra mirada se dirige implacablemente a la esquina más cercana para comprobar que todo esté en orden. Sólo hay dos resultados posibles: o tiene pelusas rodantes o no las tiene, si las tiene… deberías invitarle a que contacte con nosotros; necesita ayuda.
Posters sin marco
Llega un momento en la vida en el que una persona adulta no puede tener un poster en la pared; esto es así. Si tiene un poster y no lo tiene puesto en un marco, necesita madurar (o un marco) según la serie “Cómo conocí a vuestra madre”.
El ganchillo
Entramos en un terreno farragoso, si tiene tapetitos de ganchillo por toda la casa, esta persona estará muy apegada a su madre (o a su abuela). No siempre es malo, pero es importante conocer el nivel de dependencia de su madre. Corremos el riesgo de entrar en una relación a tres (y en este caso no es agradable… o si…)
La nevera llena de tuppers
Pues aquí nos encontramos el mismo problema que antes, eso sí, si se juntan las dos cosas… ¡CORRE!, ¡Corre y no mires atrás!
Fotos de su ex
Que tenga una foto de su ex, está bien. Nos dice que han terminado su relación de forma civilizada, que mantienen cierto grado de amistad, que las cosas no se han puesto feas, etc. Pero si tiene la casa llena de fotos de su ex pareja, diga lo que diga, no es buena señal.
Vecinos
Que tenga un/a vecino/a agradable nos puede resolver muchos problemas y sacarnos de muchos apuros e incluso apagar algún fuego. Pero si el/la vecin@ de tu cita es un portento de la belleza y encima le pone ojitos… tenemos muchas posibilidades de que los fuegos que apague sean otros.
Cada uno se fija en algún punto en particular y sacamos nuestras propias conclusiones. Teorías hay muchas, pero siempre hay que hacer caso a nuestra propia intuición. Luego, no vale quejarse.